"Mi hija no podía esperar"

Erine, una niña de Manresa de cuatro años, no es la misma de hace unos meses. En marzo recibió un trasplante de células madre de cordón umbilical para curar su leucemia y ahora se encuentra mucho mejor, "ha reaccionado bien, estamos muy contentos", explica Esther G., su madre. La donante fue su hermana Izel, que nació en enero y que fue concebida mediante técnicas de selección embrionaria para curar a Erine. Ambas son compatibles. La familia de Erine se sometió al tratamiento en Bélgica porque su caso fue rechazado por la comisión asesora del Ministerio de Sanidad. "Nos dijeron que estábamos fuera de plazo, como si la vida de un niño pudiera esperar", se queja Esther. Esta madre se alegra por el nacimiento ayer de Javier y espera que su hermano Andrés se recupere, pero asegura que su hija Erine "no hubiera podido esperar tanto". Para ella, la reforma de la ley de Reproducción Asistida del 2006, que permite la selección embrionaria, es correcta. El problema, dice, está "en la lentitud y la excesiva burocratización del proceso". "A Erine le daban cuatro años de vida, y precisamente cumplió cuatro años ingresada en el hospital Vall d´Hebron tras recibir el trasplante, íbamos al límite, no podíamos esperar y por eso recurrimos a un hospital extranjero", recuerda. Por suerte, el organismo de Erine ha aceptado el trasplante y, aunque todavía no puede ir al colegio y se somete a revisiones cada mes, ya no se teme por su vida. ...

Fuente: La vanguardia